Prisa

La prisa nos invade a diario, no sabemos vivir sin ella.

Corremos a todos los lugares, vivimos en un espacio de caos donde ella es la reina.

Vivimos con prisa de vivir, de vivirlo todo sin perder nada y no acordarnos de vivir de verdad.

Tenemos prisa por conseguirlo todo, por lograrlo, ¿el qué? me pregunto. No lo sé.

Hay prisa por ir a la Universidad, por conseguir un trabajo... pero sobre todo hay prisa por colmar nuestras redes de experiencias vacías. De imágenes sin alma y de recuerdos encuadrados con filtros.

Tenemos prisa por llamar la atención y hacer que nos quieran. Aunque no midamos el amor en gestos o palabras sino en corazones en una foto.

Tenemos prisa por ser un collage ficticio de fotografías con frases, supuestamente profundas, en las que ni siquiera pensamos. Porque si nos parásemos a pensar, si reflexionásemos sobre nuestra vida nos daríamos cuenta de lo vacía que está. Veríamos que la prisa nos ha consumido rápidamente sin pararnos a pensar en ella, sin darnos cuenta de que es ella quien ha vivido por nosotros.